El Sevilla mantiene la tercera plaza en tabla gracias a su victoria por 3-2 en un partido vibrante, ante un Villarreal que confirmó su mejoría pero que se fue de vacío al no superar la gran pegada del rival.
El partido fue entre dos equipos que apostaron por el juego de ataque, por tutearse y que quieren al final de la temporada estar entre los mejores de la Liga, por lo que se vio alternativas en un marcador que pudo ser favorable a cualquiera.
Llegó el equipo de Ernesto Valverde al Sánchez Pizjuán con hasta cinco bajas significativas -Santi Cazorla, Ariel Ibagaza, Marcos Senna y Joseba Lorente, estos lesionados, y el sancionado Nilmar da Silva-, pero con ganas de ratificar la mejoría de sus últimos partidos tanto en la competición nacional como en la europea.
Así, el equipo castellonense salió adelantado y con presión sobre la defensa sevillista para complicar el juego del balón, pero los locales superaron éste dispositivo con balones en profundidad.
Después de que el argentino Diego Perotti lo intentara por primera vez ante el meta Diego López a los seis minutos, dos después el brasileño Luis Fabiano rompió muy bien el fuera de juego y puso el primer gol, con el que celebró de la mejor manera los 29 años que cumplía hoy.
El tanto espoleó a la formación que dirige Manolo Jiménez por momentos y el vallecano Álvaro Negredo estuvo cerca de poner el 2-0, pero la buena intervención de Diego López lo impidió.
El Villarreal se sacudió el empuje local y a partir del cuarto de hora se hizo dominador de la situación, con superioridad en el centro del campo y con buenas combinaciones al borde del área que hicieron presagiar el empate, pues el Sevilla entró en una fase de profundo despiste.
El centrocampista francés Robert Pirés probó en dos ocasiones ante Andrés Palop, quien reaparecía tras varias semanas lesionado, antes de que a la tercera acertara con el marco sevillista después de una bonita jugada visitante al borde de la media hora.
La nueva igualada en el marcador no modificó la disposición del Villarreal, que se mantuvo hasta el descanso bien situado y con muchas intenciones de hacer daño, aunque fue el Sevilla el que pudo irse a los vestuarios con ventaja en una ocasión doble de Negredo y Luis Fabiano.
El equipo visitante se mantuvo en la segunda parte con las buenas maneras de la primera y complicó mucho el juego de un Sevilla sin la claridad suficiente para llevar el peso del partido y que se desesperó al no encontrar el peligro por las bandas ni por el centro del ataque.
Los de Valverde encontraron el primero a su mejor juego con un gol de uno de sus mejores hombres, David Fuster, pero Luis Fabiano sólo tardó dos minutos en empatar y además hacer despertar a un Sevilla aletargado.
El malí Frederic Kanouté, que había salido por Negredo tras el 2-2, sólo tardó, por su parte, cuatro minutos en poner a su equipo por delante con un buen cabezazo con el que se anticipó a Diego López.
Llegaron entonces los mejores momentos locales, después de verle las orejas al lobo, y el Villarreal tuvo que emplearse a fondo para que los continuos avances del adversario no se tradujeran en un nuevo tanto.
Los visitantes capearon el temporal y entraron en la fase final del encuentro vivos, por lo que el 3-2 dio mucha incertidumbre, aunque el marcador ya no se movió más.
El partido fue entre dos equipos que apostaron por el juego de ataque, por tutearse y que quieren al final de la temporada estar entre los mejores de la Liga, por lo que se vio alternativas en un marcador que pudo ser favorable a cualquiera.
Llegó el equipo de Ernesto Valverde al Sánchez Pizjuán con hasta cinco bajas significativas -Santi Cazorla, Ariel Ibagaza, Marcos Senna y Joseba Lorente, estos lesionados, y el sancionado Nilmar da Silva-, pero con ganas de ratificar la mejoría de sus últimos partidos tanto en la competición nacional como en la europea.
Así, el equipo castellonense salió adelantado y con presión sobre la defensa sevillista para complicar el juego del balón, pero los locales superaron éste dispositivo con balones en profundidad.
Después de que el argentino Diego Perotti lo intentara por primera vez ante el meta Diego López a los seis minutos, dos después el brasileño Luis Fabiano rompió muy bien el fuera de juego y puso el primer gol, con el que celebró de la mejor manera los 29 años que cumplía hoy.
El tanto espoleó a la formación que dirige Manolo Jiménez por momentos y el vallecano Álvaro Negredo estuvo cerca de poner el 2-0, pero la buena intervención de Diego López lo impidió.
El Villarreal se sacudió el empuje local y a partir del cuarto de hora se hizo dominador de la situación, con superioridad en el centro del campo y con buenas combinaciones al borde del área que hicieron presagiar el empate, pues el Sevilla entró en una fase de profundo despiste.
El centrocampista francés Robert Pirés probó en dos ocasiones ante Andrés Palop, quien reaparecía tras varias semanas lesionado, antes de que a la tercera acertara con el marco sevillista después de una bonita jugada visitante al borde de la media hora.
La nueva igualada en el marcador no modificó la disposición del Villarreal, que se mantuvo hasta el descanso bien situado y con muchas intenciones de hacer daño, aunque fue el Sevilla el que pudo irse a los vestuarios con ventaja en una ocasión doble de Negredo y Luis Fabiano.
El equipo visitante se mantuvo en la segunda parte con las buenas maneras de la primera y complicó mucho el juego de un Sevilla sin la claridad suficiente para llevar el peso del partido y que se desesperó al no encontrar el peligro por las bandas ni por el centro del ataque.
Los de Valverde encontraron el primero a su mejor juego con un gol de uno de sus mejores hombres, David Fuster, pero Luis Fabiano sólo tardó dos minutos en empatar y además hacer despertar a un Sevilla aletargado.
El malí Frederic Kanouté, que había salido por Negredo tras el 2-2, sólo tardó, por su parte, cuatro minutos en poner a su equipo por delante con un buen cabezazo con el que se anticipó a Diego López.
Llegaron entonces los mejores momentos locales, después de verle las orejas al lobo, y el Villarreal tuvo que emplearse a fondo para que los continuos avances del adversario no se tradujeran en un nuevo tanto.
Los visitantes capearon el temporal y entraron en la fase final del encuentro vivos, por lo que el 3-2 dio mucha incertidumbre, aunque el marcador ya no se movió más.